.Si la semana pasada recorríamos el Monte, hoy nos quedamos en la visita a la casa de Urueñas que en él podemos encontrar, un caserón de piedra de considerable tamaño rodeado de encinas, pinos y jaras donde vivía el guarda del monte junto a su familia.
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La casa tiene tres plantas, en la baja se sitúa la cocina con amplia chimenea junto a unas salillas, en la planta segunda las habitaciones y en la superior la cámara.
La casa tiene tres plantas, en la baja se sitúa la cocina con amplia chimenea junto a unas salillas, en la planta segunda las habitaciones y en la superior la cámara.
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En el exterior una especie de rústico porche a la entrada donde sentarse a la sombra en los calurosos días de verano en otro lateral un gallinero junto a una pequeña portada.
En el exterior una especie de rústico porche a la entrada donde sentarse a la sombra en los calurosos días de verano en otro lateral un gallinero junto a una pequeña portada.
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El estado de la construcción es de ruina, con sus tabiques de adove y techos medio caídos, y el tejado con grandes agujeros.
El estado de la construcción es de ruina, con sus tabiques de adove y techos medio caídos, y el tejado con grandes agujeros.
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Es una pena que un edificio como éste quede en el olvido y el abandono, os dejo unas fotos de la casa, tanto de su exterior como del interior.
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Que estupenda sencuencias de fotografía. Detallistas, estupenda la luz,sus tonalidades, el procesado. Enhorabuena, me gustan mucho. Saludos y buen día.
ResponderEliminarRamón
que buena serie ..me encanta la de la silla..
ResponderEliminarsalu2
La belleza que has conseguido en las fotos, gracias a su lamentable estado actual, es insuperable.
ResponderEliminar¡Cuántas leyendas, vivencias, pesares y alegrías habrán soslayado esta arquitectura popular. Si esos muros hablaran!!!
Si miramos el pasado entenderemos aún mejor las comodidades del presente, y podremos soñar un futuro. Un saludo.
Me atraen siempre mucho estos lugares, ya sabes. Y al tiempo, me da tanto pudor entrar... Lo hago de la misma forma que penetro en los recintos sacros, independientemente de la religión a la que pertenezcan: con un respeto reverencial. Allí vivieron gentes. Y basta recorrer con la mirada para comprender que algo de ellas sobrevive al deterioro e incluso a la propia muerte. Abrazos.
ResponderEliminarPues tienes razón, es una pena que estas casas tan grandes y tan aprovechables se acaben cayendo a pedazos, pero...así te ha servido para conseguir estas fotos. Dan mucho juego las ruinas, son muy fotogénicas. Me gustan las que has pasado a B/N, en ellas resalta muy bien la textura de la piedra.
ResponderEliminarBuen reportaje.
Besos, Javier!