Dar un paseo estos días por los
campos de Urueñas y su comarca es como sumergirte en un mundo verde, todo está
verde los campos de cereales muestran todo su esplendor con los centenos y
trigos con un verde oscuro, las cebadas con el verde más claro, tan sólo las
tierras de barbecho o las preparadas para la siembra del girasol muestran tonos
marrones; las cunetas con sus distintas hierbas verdes en todas sus variedades,
los prados verdes salpicados de florecillas amarillas de los dientes de león,
rojas de las amapolas, moradas de los nazarenos, blancas de las margaritas…rompiendo
la monotonía verde; las lastras también se cubren de verde con las primeras
flores de los cantuesos, el espliego, el tomillo; los árboles ya muestran sus
hojas verdes, almendros, chopos, sauces, nogalas…. hasta en el agua y las
calles del pueblo aparece el verde, no hay más que abrir la puerta de cualquier
corral y ver cuál es el color predominante…..todo está verde, verde por aquí y verde
por allá, miremos a donde miremos siempre encontraremos el mismo color: el verde;
no durará mucho, los calores poco a poco irán cambiando esta explosión de verde
hacia tonos más amarillentos, pero mientras tanto disfrutemos del verde, el
color ligado con la naturaleza, que nos conecta con ella, que nos crea un
sentimiento de confort y relajación, de calma y paz interior….por cierto, a que
no imagináis cual es el que color que más me gusta?....pues eso, disfruta del
verde.
El color verde no añade calidad a la composición, sino que la refuerza aún más. Este color es casi hipnótico.Transmites la fuerza, a su vez la fragilidad de la belleza en estos pequeños fragmentos de la campiña segoviana. Sus texturas invitan a pasear y observar detenidamente esta danza rígida al compás del viento, las espigas abriéndose, el ondular de sus hebras finas...¡dan ganas de dejarse caer sobre este colchón verde!
El color verde no añade calidad a la composición, sino que la refuerza aún más. Este color es casi hipnótico.Transmites la fuerza, a su vez la fragilidad de la belleza en estos pequeños fragmentos de la campiña segoviana.
ResponderEliminarSus texturas invitan a pasear y observar detenidamente esta danza rígida al compás del viento, las espigas abriéndose, el ondular de sus hebras finas...¡dan ganas de dejarse caer sobre este colchón verde!
Enhorabuena Javier por estas vistosas fotografías, detallistas y esplendoroso verde.
ResponderEliminarUna delicia visual.
Un abrazo.
Ramón