EL VAGABUNDO

Con el título JUDIOS, MOROS Y CRISTIANO (1956), el Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela nos narra su viaje por Castilla la Vieja, más concretamente por las provincias de Ávila y Segovia, Cela recorre los caminos para conocer la historia y tradición de estas tierras, se recrea en el paisaje y su paisanaje, en su geografía, en los decires, coplas y dichos populares, todo ello envuelto con su prosa.

Con este título el autor quiere hacer referencia a las tres confesiones religiosas cuyas culturas respectivas se combinaron para dar como resultado la España moderna, dentro de la narración el autor se refiere a sí mismo como “el vagabundo”.

Os dejo el extracto del libro donde el autor narra su recorrido por Urueñas:

[…]

el vagabundo, que quiere acercarse a Sepúlveda, sigue camino hasta Urueñas, donde se premia con dos cuartillos de vino que le hacen olvidar la larga jornada y se busca un rinconcejo para posar.

En casa de la tía Tecla, la Quintanilla, que le da de dormir en cama por cuatro reales, el vagabundo se acuesta entre gatos impacientes, crujidoras tablas y lamentos desconocidos, pero, como tiene sueño y le sobra cansancio, se queda como un angelito en cuanto que pone la cabeza a la altura de los pies.

La tía Tecla, la Quintanilla, es una mujer gorda y barbuda, con voz de tío y ademanes de sargento de carabineros, que puso al vagabundo de patas en la calle en cuanto el gallo cantó.

- ¡ya se está usted yendo!
- Bueno, señora, ya me voy

La tía Tecla, la Quintanilla, tiene mala fama y peor presencia, y el vagabundo, recordando aquellas sabias palabras que aconsejan no meterse en disputas ni con clérigos ni con el consonante, dio los buenos días y se marchó.

Urueñas es un pueblo partido por gala en dos: el de arriba y el de abajo, donde está la fuente y donde durmió el vagabundo, Urueñas tiene tres despoblados: Valsamos, con v de val o valle, Valdegómez de Arriba y Valdegómez de Abajo; dos montes: el robledal de la Mata y el enebral de las Tenadas, y una ermita que se llama, ¡cómo no! del Santo Cristo del Humilladero.

Por el despoblado de Valsamos pasa el arroyo de su nombre, que viene de los cerrillos de la Garganta en Castroserracín, y que, cae al río Serrano en el Olmo, En algunos mapas se lee Bálsamos por Valsamos. El Valsamos es arroyo lamerruinas, que también pasa por el despoblado de Castillejos, en el término de Navares de Ayuso.

[…]

El vagabundo, a poco de salir de Urueñas, deja a la diestra, y a varios cientos de pasos de su camino, a Castrillo de Sepúlveda, con su encinar del monte Viejo, y, ¡ay!, otros tres despoblados, el de Aldioces, el de Aldearrabal y el de Villabeses, con una fuente hermosa. Aldearrabal, del que sólo por tradición se sabe que alguna vez existía, también se nombra y se escribe Aldea Rabal.

El vagabundo entra en Sepúlveda por el barrio de Santa Cruz, que está a la orilla derecha del Duratón, en el camino que va hasta Boceguillas.

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