miércoles, 1 de febrero de 2012

ESTACIONES I: EL HAYEDO

Un ejercicio que me gusta hacer con la cámara de fotos es el de congelar un momento del tiempo en un mismo espacio y repetir la fotografía a lo largo del año, observando como con las estaciones cambia el paisaje, pues bien eso es lo que estoy haciendo en distintos parajes de Urueñas y sus alrededores, me falta por completar las imágenes de Urueñas en el invierno, pero para abrir boca os dejo estas del Hayedo de la Pedrosa en Riofrío de Riaza


Comenzamos con el invierno, la sensación de soledad es absoluta, silencio por todas partes, las nieblas suelen estar presentes prácticamente todo el día, aumentando la sensación de frío, ya acusada por la altura en que nos encontramos, los árboles desnudos de hojas, el riachuelo que baja entre las hayas se encuentra congelado, el bosque parece dormir, esperando condiciones más favorables para la vida.

Con la llegada de las nieves todo se cubre de blanco dando un nuevo aspecto al bosque, es el momento más crítico para todos sus habitantes, los árboles ralentizan su metabolismo, a los animales les cuesta encontrar el alimento mínimo para subsistir son momentos difíciles especialmente para la fauna en donde parece no ver el final del largo invierno.


Con la primavera el bosque poco a poco se va despertando, comienzan a surgir las yemas en las ramas de las árboles, poco a poco el hayedo va recuperando la vida, todas las especies de animales se muestran más inquietas, los roedores tratando de recuperar fuerza tras la invernada, los pájaros se afanan en preparar los nidos para la próxima puesta, el arroyo baja en toda su plenitud consecuencia del deshielo, sus aguas recorren con velocidad las empinadas laderas en busca del cauce del río Riaza. Son muchos los días en que todavía la niebla hace su presencia a primeras horas de la mañana, niebla que por otra parte es fundamental para el ciclo del hayedo, aportando la humedad necesaria.
Mientras la cercana meseta castellana sufre los rigores del verano, en este pequeño rincón de la Sierra de Ayllón los calores son muy llevaderos, los animales ya han sacado a sus crías adelante, el arroyo sigue con agua en su cauce proporcionando más sensación de frescor, las hayas, con su follaje nos dan un respiro térmico bajo sus retorcidas ramas.



Llega el otoño, la estación más espectacular en el hayedo, todo se vuelve ocre, amarillo, naranja, algunos animales ya se han ido a sus campamentos invernales, los que se quedan se afanan en recolectar todo tipo de alimentos para pasar el próximo invierno, especialmente los roedores; reptiles y anfibios poco a poco se sumergen en un profundo sueño que les ayudara a pasar los meses más fríos, el arroyo mantiene aún un hilillo de agua, esperando la llegada de las próximas lluvias que harán surgir un gran número de setas y hongos.



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