jueves, 19 de abril de 2012

SAN JULIAN





Situado en un paraje envidiable, agreste, salvaje, sobre una península moldeada a lo largo del tiempo por las aguas del río Duratón, se alzan las solitarias ruinas de la ermita de San Julián, sobre la fecha de su construcción hay dudas siendo probablemente levantada en el siglo XI, coetánea por tanto del Salvador de Sepúlveda y de la ermita de San Frutos.

 





A día de hoy sólo quedan tres paredes en pie, semiderruidas combinando sus muros de mampostería tosca y sillería, de una sola nave y con una cripta de bóveda de cañón que está derruida, sus maltrechos muros parecen seguir desafiando a la gravedad y al paso del tiempo.


 


Desde el río se oculta a la vista del paseante, con un acceso que supone salvar un gran desnivel desde la orilla hasta lo alto; su acceso desde el páramo si bien más cómodo de andar, supone una buena caminata para recorrer el pedregal de las lastras que la circundan con sus temperaturas opuestas: mucho frío en invierno y un calor asfixiante  en verano, siendo el otoño y la primavera las mejores estaciones del año para andar el camino.


Desde su ubicación sólo se oye el rumor de algún excursionista que recorre el curso del Duratón, más frecuentes son los batir de alas del gran buitre o el graznido de las chovas y grajillas que vuelan por las paredes del cantil, el alimoche sobrevuela el nido mientras su pareja incuba los huevos que constituye su puesta.

  



No es difícil, en la tranquilidad del paraje, a la sombra de los muros semiderruidos de la ermita, trasladarnos en el tiempo e imaginar los días feriados de romería en la ermita de San Julián, con el repicar de algún campanín llamando a sus files a rezar al santo, con sus devotos que vienen de los poblados cercanos descansando de la caminata en la pequeña explanada que se abre frente al arco de acceso al pequeño templo, dando cuenta de alguna vianda y un buen trago de vino para recuperar fuerzas tras la caminata…..









6 comentarios:

  1. Hola Javier: Un gran reportaje, a uno le dan ganas de volver a visitarlo.
    Una de las fotos me encanta, la que se ve a San Julián emplazado en toda la hoz y se aprecia toda la dimensión del lugar.
    Como te lo curras Javier
    Un saludo

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  2. Es tremendo, como la naturaleza nos habla, dejando en los regazos y laderas de sus paisajes muestras de fuerza y de su poder. Me gusta como has tratado las fotos, configurando su aspecto de soledad, abandono, ruina...con esos buitres sobrevolando en todo momento, oteando que nada ni nadie enturbie esa tranquilidad del paisaje, haciéndose casi dueños de todo ello. Besos.

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  3. Hola javier¡¡

    Te sigo desde hace poco y la verdad es que me estas dejando boquiabierto, el pueblo de mi madre esta cerca de esta zona y no tenia ni idea de ver sitios como estos, me podias decir como llegar hasta la ermita de san julian, por donde tendria que entrar el sitio es precioso y hago fotos de noche y me gustaria mucho visitar el sitio para ver si se puede hacer algo alli el cielo por la noche tiene que ser alucinante.
    un abrazo y muchas gracias por llevarnos ha sitios como estos.

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    1. Hola Josetxu, gracias por pasarte, pásame por correo tu email y te indico, además estamos preparando una nocturna en las ruinas para estos días.
      Un saludo

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  4. Espectaculares fotografías -la última me encanta- con la que nos presenta este bonito lugar.
    Saludos.
    Ramón

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  5. Hola Javier, he conseguido entrar con Mozilla.
    Me gusta mucho el reportaje. Vamos a ver si este verano llevamos a la gente de Urueñas hasta San Julian.
    Saludos
    Timoteo

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